La reactivación de la construcción impulsa la necesidad de coberturas cada vez más especializadas. Los seguros de ingeniería, como los de Todo Riesgo Construcción y Montaje, se consolidan como herramientas clave para proteger obras, equipos y responsabilidades en un escenario de creciente complejidad técnica y contractual.
En la actualidad y, debido a una cierta estabilidad económica es que está activándose la industria de la construcción. Cada vez es más común ver en los distintos centros urbanos del país predios donde se está construyendo.
Entendamos que hoy por hoy, hablar de construcción no significa sólo ver estructuras donde todo es hormigón y cemento armado, la realidad es que los edificios son cada vez más esbeltos y existe una proporción muy pareja entre construcción y montaje.
Si nos remontamos a la historia, es entre 1920 y 1930 que algunas compañías aseguradoras alemanas y británicas introducen la póliza de construcción, la cual aseguraba las obras de ingeniería civil durante el periodo de su construcción. En base a ella se desarrollaron las pólizas de todo riesgo construcción y montaje.
Pasada la Segunda Guerra Mundial, la reconstrucción de ciudades y el desarrollo de la posguerra
hicieron que estos seguros adquiriesen la importancia que tienen en la actualidad.
Estas coberturas dan lugar al nacimiento de los seguros de Todo Riesgo, dando una mejor cobertura a los riesgos de ingeniería.
Con los avances tecnológicos fueron naciendo otras pólizas de ingeniería, se crearon también coberturas como la de Pérdida Anticipada (ALOP), que se suscriben como adicional a las pólizas de Todo Riesgo Construcción (TRC) y de Todo Riesgo Montaje (TRM).
Actualmente también se están diseñándo nuevos productos del seguro de ingeniería para poder satisfacer nuevas necesidades de cobertura relacionadas con riesgos como maquinaria de prototipo, ciertos riesgos políticos (expropiación, confiscación, cambios de leyes, etc.), que hasta ahora se habían considerado no asegurables.
Tales necesidades han surgido de los nuevos métodos de financiación de proyectos; ya que a menudo, son los inversionistas de los proyectos quienes imponen la transferencia de elementos de riesgo.
Los ramos agrupados bajo lo que se conoce como “Seguros de Ingeniería” pertenecen al campo de coberturas “Todo Riesgo” (“All Risk”), y ofrecen también respaldo por fallas humanas o técnicas y peligros de la naturaleza. La dificultad principal en la aplicación de estas pólizas radica justamente, en la interpretación de la cobertura de “Todo Riesgo”: se aseguran todos los riesgos posibles –incluso los que se desconocen–, a no ser que se excluyan explícitamente.
En la actualidad, es posible establecer algunas combinaciones de coberturas; como, por ejemplo, la cobertura de Todo Riesgo Construcción con la de Todo Riesgo Montaje, conocida como TRCM.
Seguros de Todo Riesgo
Como ya hemos comentado, un seguro de Todo Riesgo cubre todo aquello que no esté específicamente excluido en la póliza; se trata de un concepto muy amplio. Normalmente, estos seguros cubren riesgos que no son standard, como por ejemplo un dique, una planta petroquímica, una fábrica textil, caminos, edificios de distintas categorías, etc.
Estos seguros están hechos a la medida de la obra y no se puede decir a priori qué contingencias podrían afectarla en el transcurso de su construcción o montaje. Este es el motivo por el cual se cubren todos aquellos riesgos que no estén específicamente excluidos en la póliza.
Los seguros de ingeniería se caracterizan por cubrir riesgos cuya ocurrencia sea súbita e imprevisible. Si se declara un siniestro, el hecho de que se demuestre técnicamente que pudo haber sido previsto da derecho al asegurador a rechazar el reclamo. Son imprevisibles un terremoto, el desbordamiento de un río, un vendaval, etc.
Dentro de los imprevistos se contemplan también, los defectos de mano de obra. Evidentemente, no se puede prever que un obrero que es buen maquinista, que trabaja muy bien de repente levante con la excavadora un cable de tensión enterrado.
Independientemente de todos los controles de riesgo que se tomen, siguen siendo los seres humanos quienes cometen más errores y son las principales causas de accidentes.
Se han hecho estudios sobre errores de operadores y el resultado es que un operador confiable actúa con un 99% de precisión, pero que este número es considerablemente menor en un momento de emergencia. Es muy difícil predecir cómo reaccionará una persona ante una situación de stress o durante una crisis.
Alcance de la Cobertura
Es importante tener en cuenta que cuando se realizan obras civiles de gran envergadura, los relacionados con la misma, propietarios, ingenieros, contratistas y hasta financistas necesitan una numerosa variedad de pólizas para cubrir los diferentes aspectos de las mismas.
Otra cobertura muy importante a tener en cuenta para cubrir situaciones dañosas derivadas de estos riesgos es la de Responsabilidad Civil, ya que muchas veces ocurren accidentes que generan daños a terceras personas ajenas a la obra. Que puede adicionarse a las coberturas de Ingeniería comentadas o contratarse de manera independiente.
Hay que tener en cuenta que en algunos municipios esta cobertura es obligatoria y exige la Responsabilidad Civil Cruzada. En algunos casos no se estipula suma asegurada específica y en otros como es el del GCBA, regula sumas aseguradas mínimas medidas en UF (Unidad Fija) y según los metros cuadrados de obra.
El periodo de seguro de estas pólizas empieza con el comienzo de los trabajos en sí, que puede darse desde el terreno llano y listo para iniciar o desde un predio con algún tipo de edificación que debe demolerse para así arrancar con la obra. Termina a partir del momento en que la obra ha sido aceptada provisionalmente o puesta en servicio, o en la fecha indicada en las condiciones generales de la póliza (lo que ocurra primero).
Es de suma importancia comprender que, la duración real del seguro está determinada en el cronograma de la construcción o del montaje, pero son pólizas cuya vigencia puede ser modificada según aquellas situaciones que puedan generar cambios al proyecto inicial.
Los seguros de Todo Riesgo Construcción (TRC o CAR), Todo Riesgo Montaje (TRM o EAR) o bien Todo Riesgo Construcción – Montaje (TRCM) son de los de mayor desarrollo y difusión de los últimos años.
Debido al desarrollo tecnológico aplicado a la construcción, el aumento de la demanda de obras de todo tipo, y el gran valor económico y financiero que implica una construcción, cada vez es más necesario el contrato de este tipo de coberturas.
Es importante comprender que para la Empresa Constructora es más económico contratar estas pólizas que generar un fondo suficientemente amplio como para absorber los riesgos imprevistos; que son muy difíciles de calcular con precisión.
Estos seguros, fueron creados para cubrir toda clase de obras civiles en construcción y/o montaje, brindando cobertura contra los daños sufridos en la obra, incluyendo el equipo de construcción del contratista y la maquinaria de construcción, siempre que dichos daños sucedan en forma accidental, súbita e imprevista y que hagan necesaria la reparación y/o reposición como consecuencia directa de cualquiera de los riesgos amparados.
Esta póliza amparará al contratista por el trabajo que tomó a su cargo; en relación con un contrato celebrado con el comitente; pero también en la gran mayoría de los casos, la complejidad de un proyecto requiere la participación de distintos contratistas, cada uno de ellos especializados en un tipo de trabajo, quienes intervienen en la ejecución de la obra con un subcontrato.
Cada uno de estos subcontratos se refiere a un trabajo específico, como ser:
- “Tendido” de tuberías
- “Demolición” de construcciones preexistentes.
- “Tendido e instalaciones” de redes eléctricas.
- Instalación de ascensores y/o calderas
- Instalación de aberturas
- Puesta a punto de sistemas de emergencias y contingencias
- Otros
En la mayoría de los casos se asegura la obra en su conjunto, por ello todos los implicados en un proyecto de obra civil: el dueño de la obra o comitente, el proyectista, el contratista, la dirección facultativa y la Administración Pública se consideran una misma entidad y todos son asegurados (“Joint Insured”).
Es decir, bajo esta cobertura pueden asegurarse todas las personas que se expongan a algún riesgo causado por la construcción de algo:
- El propietario de la obra y/o comitente
- La empresa constructora, incluyendo a los subcontratistas a los cuales la constructora recurre.
- El acreedor que financia la obra
No es necesario extender una póliza para cada una de las partes, por el contrario, para establecer fácil y eficazmente una cobertura amplia y completa, es conveniente suscribir una sola póliza para toda la obra, en la cual figuran todas las partes involucradas.
El alcance y las distintas variaciones de la cobertura deben ser considerados y analizados entre los contratistas, el comitente y los aseguradores, según las necesidades.
La amplitud de la cobertura está directamente relacionada con el contrato de construcción.
En la redacción de la póliza es sumamente importante prestar particular atención, a las condiciones particulares. Este es uno de los mayores problemas que enfrenta el Asegurado, la Compañía y el Productor.
Patricia Cannatelli